CONTROL DEL CATALAN
BARCELONA.- La Generalitat ha puesto en marcha un programa piloto para auditar algunos hospitales y comprobar si el personal sanitario habla catalán entre sí y con los pacientes; y si la documentación que se emite en estos centros -incluidas las historias clínicas- está en lengua catalana, informa EL MUNDO.
El proyecto forma parte del Plan Estratégico de Política lingüística en los centros sanitarios, acordado en 2003 por el Govern de Jordi Pujol y puesto en marcha por el tripartito en 2005. El principal objetivo del plan es lograr que en los hospitales y clínicas se «use normalmente el catalán», tanto para cumplir la ley como «en beneficio de la calidad del servicio».
Esta iniciativa de la Generalitat de Cataluña pretende además incentivar «la divulgación de la terminología catalana de las ciencias de la salud entre profesionales». Y también se propone afrontar «una serie de cambios sociales que influyen considerablemente en los usos lingüísticos».
Entre las esferas idiomáticas que pretende tocar el citado plan están «la implantación de las tecnologías» o el «aumento progresivo de la población inmigrada (con conocimientos escasos o nulos de catalán y, a veces, de castellano)», según indica el Plan Estratégico de Política Lingüística en los Centros Sanitarios.
La iniciativa se lleva a cabo a través de los técnicos del ^Consorcio para la Normalización Lingüística de la Generalitat que visitan los diferentes centros sanitarios de la comunidad autónoma, «auditan todas las vertientes que puedan estar relacionadas con los objetivos del plan», encuestan al personal y confeccionan un programa de trabajo que tiene continuidad.
Gracias a este proyecto, la Generalitat ya ha obtenido sus primeros resultados, que han quedado consignados en el Informe de Política Lingüística referido al año 2004, que fue presentado recientemente por el secretario general de esta área, Miquel Pueyo.
Historias clínicas
El Consorcio estudió el año pasado casi 9.000 documentos contenidos en 846 historiales clínicos en los hospitales barceloneses de Sant Pau, del Mar, Vall d’Hebron, Sant Rafael, de la Esperança, del Sagrad Cor, Clínic y de la Creu Roja. Y también de la Clínica Plató y de la Casa de la Maternitat.
El informe resultante aclara que en el estudio de estos expedientes no se indagó en las intimidades de los pacientes, ya que «el análisis documental ha afectado exclusivamente a la lengua de los documentos y nunca al contenido».
El estudio en cuestión reveló que, aunque el 94% de los formularios e impresos internos de estos centros (94%) está en lengua catalana, sólo el 22,6% de los facultativos los rellena o formaliza en este idioma. El 53,7% del personal escribe los formularios en castellano y otro 15,3% mayoritariamente en castellano. Un 8,3% rellena estos impresos en catalán y en lengua castellana por igual.
El trabajo de los empleados del Consorcio para la Normalización Lingüística ha servido también para constatar que en los centros hospitalarios con capacidad para más de 400 camas «se observa un uso inferior de los impresos en catalán» y que este idioma se utiliza más en la documentación de consultas externas y urgencias que en las propias unidades de hospitalización.
Entre sus objetivos, el plan pretende «hacer del catalán la lengua vehicular» tanto entre los profesionales del sector como en la atención al público y corregir el que la mayoría de los documentos estén escritos en castellano.
En la capital catalana, un 38,7% del personal sanitario atiende a los enfermos en catalán, frente a un 60,9% que no usa ningún criterio a la hora de entablar una conversación cualquiera con los pacientes.
De los que inician el diálogo en lengua catalana, sólo un 7,6% la mantiene si su interlocutor habla en castellano. En cambio, un 77,2% cambia al español si se encuentra en esta situación.
Los encuestadores han comprobado también que el uso del catalán de forma oral entre los profesionales sanitarios ronda el 59%. Y la atención telefónica en este idioma se encuentra en la franja del 70%.
En conjunto, el estudio de la Generalitat desvela que el 76% de los profesionales del sector de la sanidad tiene «conocimientos adecuados de catalán», mientras que el 23% presenta «carencias en este sentido».
Requisito impresindible
El Plan Estratégico de Política Lingüística de la Generalitat es ambicioso, y además de querer lograr que el catalán sea la lengua de rotulación de los centros hospitalarios, de la documentación y la de uso común entre los empleados sanitarios, pretende que el conocimiento de este idioma sea requisito indispensable «en los procesos de selección y promoción del personal».
Por todo ello, el plan propone textualmente incluir «algunas recomendaciones lingüísticas en las convocatorias de pruebas de Médico Interno Residente (MIR)».
Esta iniciativa forma parte del apartado del plan destinado a adecuar «los conocimientos de catalán del personal» hospitalario. Entre otras medidas, esta parte del plan establece que se «valore» el conocimiento del catalán «en los procesos de selección y promoción del personal».
También aboga por que se incluyan «algunas recomendaciones lingüísticas en las convocatorias de pruebas de MIR y Mesto para las personas que quieran escoger una plaza en Cataluña».
Además, propone que en los contratos laborales del personal, tanto sanitario como no sanitario, de extranjeros a los que se convalida el título se incluya una cláusula de «compromiso de aprender la lengua catalana».
De hecho, esta cláusula ya se ha incorporado a los contratos laborales de médicos procedentes del resto de España que se incorporan a la sanidad pública catalana.
Estos facultativos se comprometen al firmar sus contratos a aprender el catalán en un plazo de tiempo razonable, que puede ser entre uno y dos años.
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Comentario: COMO PACIENTE, COMO MÉDICO, COMO RESIDENTE CATALAN, COMO PERSONA, COMO CIUDADANO QUE PAGA SUS IMPUESTOS, ME DA VERGÜENZA AJENA Y ME PRODUCE INDIGNACIÓN Y ASCO, QUE ESOS "TECNICOS DEL CONSORCIO PARA LA NORMALIZACION LINGUISTICA" DE LA GENERALITAT, METAN SUS NARICES EN LAS HISTORIAS CLÍNICAS, QUE SON DOCUMENTOS SECRETOS SAGRADOS, Y QUE SU USO NO SANITARIO Y MAS SIN EL PERMISO DEL PACIENTE CONSTITUYE UN DELITO.
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