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Fiebre de MARBURGO. Uganda

Fiebre de MARBURGO. Uganda Luanda, Angola, 15 de abril. La mortal fiebre de Marburgo sigue expandiéndose en Angola y los médicos se enfrentan a una fuerte resistencia de parte de la población.

La mortal fiebre de Marburgo sigue expandiéndose en Angola y los médicos se enfrentan a una fuerte resistencia de parte de la población.

El pabellón de aislamiento de una clínica de 400 camas en la provincia de Uige, una de las más afectadas, está vacío, porque los angoleños no quieren separar a los enfermos de sus familias.

"Las personas allí no aceptan el concepto de aislamiento", señala un comunicado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundido hoy en Ginebra.

La cifra de enfermos, en tanto, ascendió a 235, de los cuales 215 murieron. Sólo en Uige hay 194 muertos.

Cuatro voluntarios de la Cruz Roja en la provincia de Uige murieron tras ser alcanzados por un relámpago. Un quinto está gravemente herido.

El grupo de angoleños iba a ayudar en el esclarecimiento de la población, que reacciona asustada y en parte de forma agresiva a todos los intentos de controlar la epidemia.

En la zona, en parte además minada, el Ejército ayuda a los voluntarios con logística y helicópteros, explicó el portavoz de la OMS David Daigle, quien insistió sin embargo en que aún se enfrentan a muchos problemas.

El plan es que equipos móviles registren los datos de personas eventualmente infectadas y luego supervisen su estado de salud. También autoridades locales y religiosos son incluidas en las tareas de esclarecimiento.

Contra esta enfermedad similar al ébola no hay vacunas ni medicamentos. El aislamiento de los pacientes y las medidas para evitar el contagio son la única manera de controlar la expansión.

La costumbre de lavar los cadáveres de los fallecidos es considerada una fuente de transmisión del virus. A pesar de que los voluntarios intentan llamar la atención sobre este peligro, suelen toparse con rechazo.

Dado lo dramático de la situación, la OMS apuesta ahora con más fuerza por la información. Familiares que no quieren entregar a sus enfermos al pabellón de aislamiento deben saber cómo se pueden proteger del contagio.

La OMS solicitó además desinfectantes que casi no se pueden conseguir en Angola. En la capital, Luanda, se desplegarán este fin de semana 1 500 voluntarios, para difundir en visitas a los hogares o en puntos estratégicos información sobre la mortal enfermedad.

La acción cofinanciada por UNICEF apunta a unas 500 mil personas. "De momento aún nos encontramos en el estadío en el que la difusión de determinada información puede modificar el desarrollo de la epidemia y evitar una expansión mayor", dijo el representante de UNICEF en Luanda, Mario Ferrari.

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